sábado, 18 de mayo de 2019

Elena Vasilievna Glinskaya

La reina de la moneda

Nació en 1508. Hija de un príncipe lituano, Vasili Lvóvich  Glinsky y de una princesa serbia Ana Jaksic. Los Glinski eran descendientes de la realeza de la Horda de oro y llegaron a Moscú el mismo año en el que Elena nació. Su familia pidió asilo a Vasili III, ya que en Polonia tenían un conflicto con el soberano de Polonia. Su familia fue introduciéndose en la alta sociedad Rusa.

Elena pasó una infancia feliz, y disfrutaba de una libertad que en aquella época era muy inusual para las mujeres rusas. Al igual que los niños varones de su edad, Elena recibió una esmerada educación; aprendió idiomas y siempre mostró mucho interés por grandes personajes femeninos de la historia, como Cleopatra y la Emperatriz Teodora.

Pasados unos años, el soberano ruso estaba sumido en una profunda tristeza ya que le faltaba un heredero; su esposa, Salomonia, no le pudo dar ningún heredero y los dos hermanos de Vasili esperaban
su muerte para hacerse con el poder.

El soberano sorprendió repudiando a su esposa y anunciando que se casaba con Elena, ya convertida en una joven atractiva e inteligente, y aunque era 30 años más joven, el soberano no hizo caso a las críticas del clero y la alta nobleza, contrarias al matrimonio con Elena. Fue un matrimonio atípico. Se convirtieron en inseparables y Elena no se recluyó en las apuestas de las damas; al contrario, se convirtió en la asesora política de su marido, al que este tenía más en cuenta que a sus  propias consejeras. Por fin, el 25 de agosto de 1530 tuvieron a su heredero Iván. Tres años después, Vasili III muere, nombrando a su hijo legitimo heredero pero sin nombrar regente hasta que el niño fuera mayor de edad. Elena (por aquel entonces tenia solo 25 años) tuvo que enfrentarse a sus cuñados, ansiosos de poder, y a los que Elena consiguió apartar del poder.

Tuvo una gran ayuda en un servidor muy fiel a su marido, Ovchina-Obolenski, que tenía gran poder dentro del ejército, aunque las habladurías decían que había sido el amante de Elena y que su hijo era suyo.

Los dos cuñados fueron asesinados y entonces Elena comenzó una época de grandes reformas: destaca la construcción de la Gran Muralla Kitai-Gorod, la mejora de los servicios postales. También fue la responsable del sistema monetario actual Ruso; la unificación monetaria, creando el Kopek y anulando los múltiplos sistemas de pago que existían.

En aquellos tiempos Rusia vivía un momento de esplendor; su heredero creció y eran una familia feliz; pero el 3 de abril de 1538 Elena muere repentinamente (aún no había cumplido los 30 años); esto dejo conmocionado a su hijo, a Rusia y a su amante sumidos en una gran tristeza. Cuando a finales del siglo XX se exhumó el cuerpo de Elena, se confirmó, tras los análisis de su cabello, que había sido envenenada.

Los enemigos de su madre encerraron entonces a su consejero más fiel, Ovchina-Obolenski y lo dejaron morir. Todo esto sumió al reino en un caos, con luchas entre las diferentes facciones. Iván, el heredero quedó relegado en el palacio, sin apoyos y olvidado por todos. Pensaron que moriría pronto pero sobrevivió y escribiría uno de los capítulos más sangrientos de la historia de Rusia, se le conocería por Iván IV de Rusia “el Terrible”.

Las reformas hechas por Elena contribuyeron a mejorar la economía del país, facilitar y acelerar el comercio; disminuyó la escasez de alimentos y los comerciantes se enriquecían e invertían en nuevos proyectos, lo que elevó la economía del país.

Andrea y Marcela (2º F)

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