En la puerta de Narbona de la hermosa ciudad de Carcassonne, en el sur
de Francia, el rostro de una extraña mujer nos da la bienvenida a la ciudad
amurallada. Según cuenta la leyenda, esta dama misteriosa es la que dio nombre
en la Edad Media a la ciudad convertida en nuestro tiempo en Patrimonio de la
Humanidad.
En el siglo VIII, el emperador llegó a las puertas de una ciudad
amurallada en el sur de Francia controlada por los sarracenos. E n uno de los ataques, su rey,
Ballak, falleció dejando al pueblo en una situación complicada. Y fue cuando Dama
Carcas cogió las riendas de la situación alejando ejércitos durante 5 años.
Pero el asedio llegó a hacer mella en la población quien, desesperada,
hizo todo lo que pudo, desde poner muñecos de paja en las murallas hasta lanzar
flechas a los sitiadores para hacerlos creer que aún se encontraban en pie de
guerra. El pueblo empezó a morir de sed y de hambre ante la escasez de reservas
intramuros.
La Dama Carcas decidió entonces lanzar un cerdo cebado que quedaba en
la ciudad hasta las murallas. El animal reventó y salió el cereal suministrado.
El mensaje había sido enviado: el pueblo tenía tanto para comer que hasta
cebaban a sus cerdos. El ejército se
retiraba cuando la Dama Carcas quiso firmar la paz; hizo llamar al emperador y alguien
le dijo: carcas sonne.
Christofer, Enya, Pelayo P., David (2º F)
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