Grace O´Malley fue
reina de Umhaill, líder del clan O’Málley y mujer pirata en la Irlanda del
siglo XVI. Es conocida como «La reina del mar de Connaught» y comúnmente, en el
folclore irlandés, por su apodo de Granuaile, siendo una figura histórica de la
Irlanda del siglo XVI.
Desde joven, Grace
O'Malley estuvo involucrada en el comercio internacional y los barcos.
Probablemente aprendió el negocio de su padre, Eoghan "Dubhdara" O'Malley,
que era un navegante que se dedicaba al comercio internacional. El castillo
Bunowen, donde vivía con su primer esposo, Dónal an-Chogaidh O'Flaherty, estaba
situado en el punto más al oeste de Connaught, y aparentemente era la base para
sus actividades de intercambio. Cuando murió Dónal, a principios de 1560, ella
se ganó la lealtad de muchos hombres que seguían a O'Flaherty.
En 1577 conoció a Sir Henry Sidney, Lord y diputado de
Irlanda, quien ya sabía de ella desde que había conocido a su hijo, Sir Philip
Sidney, en 1576. Aunque el hijo era muy joven, O'Malley evidentemente le causó
una buena impresión, ya que la mencionó de una manera favorable. Grace tenía
fortuna en mar y tierra. Ella heredó la flota de barcos de su padre y sus tierras,
así como las tierras que poseía su madre. Poseía más de cien caballos, lo que
significaba que era rica.
Grace era una
excelente navegante, pero quería hacer algo más emocionante que solo pescar.
Cuando los ingleses atacaron su castillo, decidió convertirse en pirata antes
que someterse al régimen inglés. Grace tuvo tanto éxito que pronto poseyó su
propia flota, así como varias islas y castillos en la costa oeste de Irlanda.
Cuando los ingleses
capturaron a sus hijos, Grace se hizo a la mar para encontrarse con Isabel I,
la reina de Inglaterra. Para sorpresa de todos, la reina y Grace se hicieron
amigas. La reina le devolvió a sus hijos y sus posesiones, y Grace la ayudó a
combatir a los españoles, que en aquel entonces eran enemigos de los ingleses.
LEYENDA…
Hace muchos años, en
una pequeña isla cubierta de bosques, vivía una niña pelirroja de larga
cabellera que se llamaba Grace. Cuando el viento soplaba y las olas rompían
contra los peñascos, Grace permanecía de pie en la cima del acantilado y soñaba
con navegar por los mares tempestuosos.
-Las mujeres no
pueden ser marineros -le dijo su padre. Además, tu larga cabellera se enredaría
en las escotas y las jarcias.
Grace no estaba de
acuerdo. Se cortó el cabello y se vistió con ropa de niño para demostrarle a su
familia que podía emprender la vida marítima.
Finalmente, un día su
padre aceptó llevarla a navegar, pero con una condición.
-Si nos enfrentamos a
un barco pirata, te esconderás debajo de la cubierta.
Lucía A., Llara P y Carla (2º F)
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