Nació en Constantinopla, hoy Estambul, hacia el año
501 y murió allí mismo en 28 de Junio de 548 d.C.
Su padre era Acacio y trabajaba de cuidador de osos;
tenía dos hermanas, Anastasia y Komito, y su madre ejercía como actriz y
bailarina, ocupaciones situadas en lo más bajo de la escala social. Teodora se
crió sin educación, sin recursos y nada de afecto.
Mujer de gran belleza, con una personalidad muy
fuerte, ejerció de prostituta; en
aquella época era a lo único que aspiraban las niñas de baja condición social.
Cuando Justiniano la conoció, no le importó su
pasado y consiguió casarse con ella, a pesar de que las leyes de la época lo
prohibían. El 4 de abril de 527, dia de Pascua, Teodora se convirtió en
emperatriz.
Su carácter fuerte y decidido fue fundamental para
el gobierno del Imperio. Ambos convirtieron a Constantinopla en una gran
ciudad. Construyeron puentes, acueductos, iglesias, entre las que destaca la
Iglesia de Santa Sofía.
Teodora ejerció su papel como emperatriz con gran
responsabilidad. Está considerada como una de las primeras feministas de la
historia; defendió la creación de leyes a favor de los derechos de las mujeres,
regulando y protegiendo la situación jurídica de las mujeres. Por esta razón,
una de las labores que más interesa resaltar de Teodora, es la defensa que hizo
de las mujeres y sus derechos: aumentó
los derechos de las madres sobre sus hijos; prohibió la prostitución forzosa; mejoró
los derechos respecto al patrimonio y en caso de divorcio; introdujo la pena de
muerte por violación; prohibió que se pudiera asesinar a las mujeres por
adulterio; se permitió el matrimonio entre razas, clases sociales o religiones
distintas; promulgó leyes que permitían a las mujeres ser propietarias y
heredar; se permitió el aborto (primera ley del aborto de la historia).
Quizá sus propias experiencias a lo largo de su
vida hicieron que luchara por conseguir unas mejores condiciones para las
mujeres.
Su influencia resulta evidente en la recopilación legislativa
que realizó Justiniano en el conocido “Código de Justiniano”.
Gobernaron juntos durante 20 años, hasta que un
cáncer de mama, a los 47 años acabó con Teodora en el 548. Fue enterrada en la Iglesia de los
Santos Apóstoles de Constantinopla, uno de los templos más bellos que había
mandado construir. Fue beatificada por la Iglesia Ortodoxa.
Su importancia se puso en evidencia tras su
fallecimiento, ya que el reinado de Justiniano entró en declive (Justiniano
lloró amargamente su pérdida).
La historia siempre recordará a Teodora de Bizancio
como la mujer que a pesar de sus orígenes humildes, pasó de ejercer la
prostitución a convertirse en emperatriz y posteriormente en santa.
Andrea (2º F)